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Voto de ashartos:
2
Acción. Drama Kenshin Himura (Takeru Satoh) es un legendario espadachín. Tras la Restauración Meiji, ha dejado de matar con la espada. Intenta llevar una vida tranquila con Kaoru Kamiya que dirige una escuela de espadachines en el pueblo. Todo cambia cuando el restaurante Akabeko, que es el lugar favorito de Kenshin para comer, es destruido y él encuentra una nota en la que pone "Junchu". (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2021
5 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atención: esto es una crítica de una persona normal. No soy un frikazo de los mangas, ni me mojo encima si veo aparecer a mi personaje favorito en imagen real. Y valoro las películas como lo que son: películas. No las valoro como un cegado adicto al fanservice que es incapaz de ser objetivo ni pragmático. Ya somos mayorcitos, no tenemos 12 años.
Dicho esto, voy a soltar una verdad como un templo de grande: el cine japonés Live Action es BASURA.
Es una absoluta basura a nivel cinematográfico. He visto muchas, y todas son una completa memez.
El manga original, que leí cuando...sí, tenía 12 años, es normal. Aventuritas, peleas, personajes estrambóticos y una historia típica y tópica del viaje del héroe, mil veces vista. Esos ropajes, personalidades simples como papel de lija, esos diálogos de besugos y esos pelos de colores extraños y ridículos, no desentonan en las viñetas.
En imagen real, es abominable.
1. Los japoneses NO saben actuar. Tienen dos modalidades, o sobreactúan a niveles ridículos, o ponen cara de "intensitos" serios, soltando frases de parvulario.
2. Los directores NO saben dirigir. No tienen sentido del ritmo, no saben contar una escena. Es demencial el aburrimiento y el hastío que producen cuando deberías estar emocionado o atento a lo que sucede.
3. Las historias siempre se desvían del original. Porque los guionistas del cine japonés NO saben escribir. No tienen ni idea de lo que quieren contarte, y dan palos de ciego y mil rodeos que disfrazan de dramatismo impostado absurdo con diálogos torpes y unidireccionales. Ojo, que esto es así porque, literalmente, en Japón NO hay escuelas de guionistas. Surreal es decir poco.
4. El diseño de producción es bueno en ciertas escenas, horroroso en otras. No puedes poner esas pelucas y esas pintas de mamarrachos a los personajes, te sacan de la película. Y es algo que sucede en todas las películas japonesas.
Veréis, yo entiendo que es algo psicológico: poner pelos de colores, ropajes exóticos y rasgos occidentales puros en las viñetas es normal si vives y eres parte de una sociedad, la japonesa, que en su 99% es morena, de ojitos muy pequeños, bajita, sin rasgos especialmente vistosos, y que deben vestirse todos igual en el colegio, trabajo e instituto. ¿O pensáis que esos ojos gigantescos que se dibujan en todos los mangas, que ocupan en ocasiones casi la mitad de toda la cara, no son un síntoma claro de inseguridad psicológica y física profundas?
Hacedlo en mangas, que no queda tan mal. Pero luego, eso trasladado a la pantalla es horrible.
En fin, para resumir: no hagáis más Live Action lamentables. Por favor.
ashartos
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