La representación de su único protagonista es espléndida y mantiene al espectador pendiente siempre y cuando éste sea un habitual y conozca el medio marino. Cuenta una historia que podría ser real a través de imágenes pero con un dramatismo límite. Poco reales son las escenas que se representan desde el punto de vista náutico pues es dificil que un navegante teóricamente experto decida realizar unas acciones antes de prepara el velero para afrontar una tormenta. En conclusión quiere mostrar a su reconocido protagonista con dotes de arte escenográfico pero apartados de la realidad.