Uno ve, desde que se despierta John, el tremendo impacto que le causó que el amor de su vida se casara con otro, tuviera una familia. Luego esa misma familia se ve estupidizada por un politicucho republicano clientelista y realmente forro. La familia lo sigue como perrito faldero, embobada por cada palabra que sale de su boca. Luego de se ve al elemento más simbólico de la familia, el bebé, utilizado como escudo contra Walken, que simboliza a Cronenberg, que simboliza a lo extranjero, lo externo (tanto territorialmente como culturalmente).
La patria se ve criticada principalmente por la política, el señor Greg Stillson, forro de primera clase, besa bebés, tiene la bandera yanki en su pancarta, y si Bush no hubiera asumido en el 95 como gobernador, pensaría que es él. Pero la patria también se ve atacada en algo mucho más simple, como el ambiente de la película, el clima. Antes del accidente de Johnny, se ve llusioso, emborronado, inmanejable (el chiste malo es que es tan inmanejable que Walken chocó con el auto, pero no lo voy a hacer). Después del accidente, es peor todavía. Es incómodo, árido, inhabitable, frío en el peor sentido de la palabra.
El que más se me complica para argumentar es la religión. El momento más claro es cuando el protagonista agarra su escopeta para matar a Stillson y se ve un cartel en la casa que dice que Jesus está mirando todo. Que haya religión en la película es innegable. Cuando el policía le pide ayuda con un caso, hablan de la creencia en Dios. Todo lo referente al poder de Walken está tratado con un misticismo escéptico. La creencia de la madre, que piensa que su hijo estuvo en un trance cuando el doctor la trata de convencer que es un coma (fe contra razón), es, creo yo, lo que la debilita y termina matando.
También critica otros elementos de la cultura de Estados Unidos, como los medios y la obsesión por las armas, pero me pareció que la crítica al conservadurismo era muy potente y valía la pena ser comentada.