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Voto de VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM:
9
Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despues de ONLY GOD FORGIVES, Windign Refn da un nuevo giro a su carrera con esta sangrienta (y para algunos, repugnante) cinta, la cuál ha sido objeto de reacciones encontradas entre el tipo de audiencias a las que supuestamente va dirigida, y particularmente, entre los entusiastas de la obra del director danés.

La anécdota gira en torno de Jesse (Elle Fanning) una adolescente de 16 años de edad quién se muda a Los Ángeles a probar fortuna en el mundo de los reflectores y las pasarelas, cuya virginal belleza y meteorico ascenso en el extremadamente competitivo medio no tardan en despertar retorcidos sentimientos de rencor, envidia y deseo sexual a su alrededor, lo que sumergirá a la joven de manera paulatina en una alucinante espiral de violencia, con aterradoras consecuencias.

La primera impresión durante el visionado de EL DEMONIO NEÓN es que los dardos de Refn parecen ir dirigidos hacía los escabrosos entretelones del frivolo ambito del modelaje, en el cuál sus personajes se mueven en un entorno cubierto de pinceladas de un rojo carmesí apenas iluminado por luces negras, los flashazos continuos de cámaras fotográficas y en donde la tajante aseveración de que la belleza externa no es lo más importante sino lo único, resulta la verdad más irrefutable.

Sin embargo, Refn decide ir un paso más allá en su agresiva mirada sobre la gradual corrupción (que no endiosamiento) de la carne y el consumismo visual, al añadir a su lienzo otros elementos considerados transgresores para los estandares de lo politicamente correcto tales como la pederastía, la necrofilia y el canibalismo, siendo este último el que atraviesa como una cicatriz el resto de la cinta, haciendo venir a la mente aquella parábola freudiana de los hijos devorando a los padres para absorber su autoridad, donde la antropofagia es otra especie de ejercicio del poder oculta en una elegancia sutilmente perversa, desde la cuál trata de encubrir mediante la seducción de la apariencia fisíca la pobredumbre espiritual de sus creaturas, pero que no podrá evitar ser tan efimera cómo el éxito de Jesse ni tan inerte como los aridos parajes en que cierra la historia.

Todos estos elementos alejan a EL DEMONIO NEÓN de las convenciones del giallo italiano que Refn pretende homenajear, acercandolo en cambio, a los también controvertidos y prominentemente visuales terrenos del mejor cine de Peter Greenaway, para sorpresa y beneplácito de unos, o desconcierto y rechazo de otros, según el caso.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
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