La verdad, comencé a ver la película sin esperarme nada... y, ¿Saben que fue lo que me encontré? NADA.

Película mala y llena de todos los tópicos habidos y por haber en la historia de las pelis de adolescentes y algún deporte.

No malgastaré una tecla más en comentar esta porquería prescindible cuyo único aspecto positivo es que hay un actor que se llama Mark Camacho. Sí, apellido de un gran entrenador que, si no llega a ser por un maldito egipcio (el Gandhour), un holandés corrupto (Hiddink) y un español con pata de palo (Raúl) hubiera dado un mundial a España.