Un filme poderoso sobre la mujer liberándose de los esquemas que le impone una sociedad masculinizada. Como todo ser humano (normal) ella tiene una sexualidad despierta en la cual están presentes el deseo y la búsqueda del placer. Sin embargo a causa de una violación descubre que su sexualidad mayormente estuvo supedita a la sexualidad masculina. Evalúa y se da cuenta que como mujer solamente fue el objeto que satisface al hombre dominante (ya sea el ex marido buscador de mujeres más jóvenes, el amante que es quien dispone el cómo y cuándo, o el violador que hace la cosa a su estilo porque así le gusta). Ella poco a poco y en una forma de venganza de todos aquellos machos que la violentaron en diferentes formas va poniendo orden y creando sus propios términos en cuanto a dominio sexual. El filme no solamente muestra el difícil rol de la mujer en el terreno sexual, si no la complejidad de existir en un mundo dominado por hombres. Si bien ella es la jefe del equipo de creación de juegos en el trabajo, los hombres no confían en ella y es más menosprecian y desacreditan su presencia. Igualmente sus relaciones en familia, que van desde su padre quien fue el primer hombre que le deja una marca profunda y difícil de eliminar, llegando al hijo que le impone el reto de ser simple madre tolerante protectora o no. Ella se va a encargar de poner todas las fichas en su lugar (los empleados, colegas, padre, hijo, amantes, vecino). El filme radicalmente apoya la fortaleza femenina, no solo en la figura de Michéle (ella) si no también en las figuras de Anna (la amiga), de Rebecca (la vecina) y de Alice (la novia del hijo). Al final todas estas mujeres son fuertes y no solamente sobreviven si no que van adelante con firmeza. El final del filme es muy significativo. El mundo es de las mujeres fuertes.