Haciendo un ejercicio de buen gusto y delicadeza que a muchos puede no decir mucho, Chavarrías se aproxima al género de terror con una peli cuya elección como representante de nuestro cine en el último Berlín no gustó demasiado. La doble historia, entrelazada en una cinematográfica elipsis que roza lo perfecto, de unos niños del pasado y una niña, MARAVILLOSAMENTE interpretada por Mágica-el nombre le viene al pelo-Pérez, niña de madre colombiana y padre mago, que trae al recuerdo del protagonista, un Juan Diego Botto especialmente cansino y lo peor de la cinta en mi opinión, sucesos que tenía más que olvidados.
Con esa premisa la cinta huye de efectismos a lo japo, subidas de volumen de la magnífica banda sonora y demás facilidades para revestirse poco a poco de un mal rollo a lo Polanski que desgraciadamente no ha sido todo lo apreciado que merece.
Personal, auténtica y más que interesante.
Lo mejor: Julia-Clara, Mágica Pérez, un prodigio a lo clan Fanning muy a tener en cuenta.
Lo peor: El resto del reparto, en particular Botto, no está ni de lejos a la altura.
Recomendable para ver sin prejuicios y disfrutar de una nueva muestra del cine particular e inentendiblemente poco mayoritario que hace uno de nuestros mejores directores del momento.
Como Childish Game el futuro que le espera fuera de nuestras fronteras es bastante incierto, ojalá recoja todo lo bueno que siembra aunque sea, para vergüenza nuestra, en el extranjero.