‘Un espía y medio’ es una comedia de acción en clave de buddy movie, en donde dos viejos compañeros de Instituto se reencuentran veinte años después para que CJ (Kevin Hart) el alumno con mayores posibilidades de éxito de su promoción, y Bob (Johnson) el objeto de las mofas de todos, vean como han cambiado las cosas... Rawson Marshall Turner responsable de ‘Somos los Miller’ sigue con su fórmula de éxitos, y lo hace acompañado de “el hombre del momento”, Dwayne Johnson, quien regresa a la comedia tras su aportación como matón y aspirante actor en ‘Be Cool’. A su lado Kevin Hart trabaja en un film donde puede dar todo lo que tiene en su repertorio cómico.

A pesar de lo que uno puede pensar al ver el tráiler, no estamos ante una comedia facilona sin más, o que busque el gag a toda costa… sino que la diversión viene del encuentro entre dos polos opuestos como son Bob, un entusiasta, pleno de vitalidad que siempre parece decir lo que piensa… y CJ, un tipo que se ha ido quemando con el paso de los años y su estancamiento laboral. De las reacciones de Kevin Hart a las situaciones que le va presentando Dwayne Johnson nacen los mejores momentos del film, como aquel en el que Bob aparece en la consulta del consejero matrimonial suplantando el verdadero Doctor, ante la inenarrable postura a la defensiva de CJ.

Por otro lado, destacar las logradas las referencias a actores y películas, sobre todo dos films de los ochenta como ‘Dieciséis velas’ o ‘De profesión duro’, ojo cuando un personaje le dice a Bob que la segunda era una mala película… Finalmente, resaltar también que dentro de su tono de comedia, sabe manejar bastante bien su mensaje contra una lacra tan deleznable como el abuso escolar.

En definitiva: Comedia de acción que cumple de principio a fin regalando casi dos horas de diversión y evasión estival al espectador. Un film que sigue la línea de las cintas clásicas del sub-género, y que aunque uno pueda tener la sensación de ya conocer se sigue disfrutando y cuando acaba aún se queda con ganas de seguir viendo.

-Lo mejor: La química entre Johnson y Hart y sus referencias, ya sean cinematográficas o a mitos culturales del público negro como Denzel Washington o Will Smith.

-Lo peor: La innecesaria inclusión de ciertos momentos… incluyendo un flashback visto desde tres puntos de vista.

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