Ed Wood. Director de sobra conocido aunque no hayas visto nada suyo. Su nombre va unido siempre a "cutre" y "caspa", sí, es cierto, pero también a "peor", "historia" y "cine".
Analicemos estas últimas palabras.

Peor, no es otra cosa que ser el mejor de entre todo lo malo. Subrayen la palabra "mejor" de la anterior frase, es significativa.
El término “historia” se entiende como la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales.
Por tanto, se entiende como “historia del cine” la ciencia que estudia la evolución de dicho arte.

Parece ser, que al fin y al cabo, Ed Wood consiguió su sueño, no sólo hizo cine con amor y devoción, sino que pasó como bien reza su famoso eslogan "a la historia del cine". Cualquiera que estudie su evolución, tarde o temprano debería, si quiere estudiarla bien, pasar por la filmografía de este hombre. Los que no lo estudien pero se consideren dignos cinéfilos también deberían echarle un vistazo.
Como decía, el peor no es otra cosa que ser el mejor de los peores. Esto le separa de entre todo lo malo para bajarle un peldaño más, coronando la cutreza y la caspa. Ser el mejor de lo peor no es tarea fácil, como puede parecer. Y desde luego, le da mucho más empaque que ser un producto malo o mediocre, está a otro nivel.

Ed Wood nos presenta una historia no inverosímil o liosa, sino digna de la mente más friki que haya parido el celuloide. El guión le hace honores a esa historia. Los actores colaboran en hacerla todo lo cutremente posible. El montaje es lo mejor que pudo hacer un hombre con un CinExin. Los efectos especiales seguramente inspiraron a posteriores productoras como la Troma para sus proyectos. Los escenarios y decorados son todo un homenaje a la filosofía del reciclaje.

Por todo esto, Ed Wood no puede meterse en el mismo saco que películas malas, mediocres, fallidas o aburridas. Plan 9 del espacio exterior es un referente para el cine de serie Z, sólo que esta está hecho con ganas y entusiasmo de crear una película "normal", lo cual le da un encanto imperecedero.

Es por ello que me ha hecho replantearme que nota debiera ponerle, pues las risas que me ha regalado, su encanto pero su inolvidable cutrez extrema, no se merecen ni más ni menos que un flamante uno. Pero no piensen que es un uno de castigo, de lo más bajo y menos recomendable, sino todo lo contrario. Un tres es insustancial y un dos es olvidable, eso si son castigos.
Pero un uno, gracias a este hombre, lo voy a reservar para aquellas que se merecen ser separadas de lo malo para ponerlas entre lo mejor y más recomendable del cine casposo.
De hecho es la mejor recomendación que se puede hacer para los amantes de este cine casposo, buscan las notas más bajas posibles para verlas, pues mi recomendación para ellos, la mejor, un uno.