No es una obra maestra, precisamente, y tampoco la incluiría entre las mejores películas de la extensa filmografía de Woody Allen, pero sí considero que "Magia a la luz de la luna" es una comedia disfrutable, con la que he pasado un muy buen rato, y que no desmerece de otros films del director. El planteamiento argumental es bastante delirante y hasta absurdo (reputado mago empeñado en desenmascarar a una supuesta medium cazafortunas), y precisamente el mérito de la película es que todo el conjunto funciona como un tiro, con un ritmo vivo y una estructura bien trabada, sin caer nunca en el disparate. "Magia a la luz de la luna" es un ejemplo de cómo el buen oficio de un cineasta, secundado por un elenco artístico competente, puede sacar a flote una historia que, de entrada, es más bien bobalicona. A ello cabe añadir guiños y parodias que hacen las delicias de los aficionados al director (entre los que me incluyo), que recuerdan las comedias románticas de Hollywood de los años 30 y 40, y entre los que destacaría el autohomenaje de la escena del observatorio, que recuerda un celebrado momento de "Manhattan". A pesar de que el argumento desemboca hacia lugares más que previsibles, cada escena tiene un punto divertido y hasta ambiguo. Ésta es una de esas películas en la que tienes la impresión de que el director lo ha pasado bien mientras escribía, y mientras rodaba.

Lo dicho, no es una obra maestra, pero ojalá todas las películas me dejasen este sabor de boca tan agradable.