La película brilla por su autenticidad, no es que haya nada especial en la película, pero el director Bo Burnham ha sabido retratar perfectamente el delicado periodo de la adolescencia. La evolución de la pequeña Kayla buscando constantemente sus propios valores en esta generación joven tan estereotipada.
En su canal de Youtube se esfuerza en dar consejos a los demás, que no aplica para ella misma, pasando totalmente desapercibida para los demás en la vida real. Dejando claro el mensaje de cómo las redes sociales han distorsionado la verdad y la mentira en el mundo juvenil.

Elsie Fisher hace un papel impresionante de una adolescente tímida, reservada y algo torpe que intenta conectarse con los compañeros más populares del octavo grado recibiendo continuamente desprecios e indiferencia.

Me ha sorprendido bastante por la sinceridad que nos muestra, la sensibilidad de cómo está contada, sin llegar a caer en la habitual nostalgia rosa. Haciéndonos recordar nuestros 13 o 14 años en la escuela con nuestros confusos deseos, la incomodidad, crueldad y nuestros comportamientos ante la nueva vida que nos aguarda. 

No me extrañaría que consiguiera algunas nominaciones para los próximos Oscar
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