Gran thriller futurista basada en un relato de Phillip K. Dick (vamos, éxito seguro). Con un gran personaje principal muy interesante; debatiéndose entre sus fantasmas internos, sus adicciones, una acusación que quiere probar como falsa y su compromiso con la verdad. Cruise está creíble en este papel.

Las imágenes son buenas y mezcla por igual acción e intriga con algo de dolor interior y de desasosiego por un futuro inquietante. El thriller está bien llevado, se presenta de forma acertada y el desenlace es bueno. Las persecuciones son espectaculares y un gran Colin Farrel llena la pantalla con su presencia.

Como es habitual en los relatos de Dick, la distinción entre realidad y sueño (en este caso premonición) aparece muchas veces. Y otro recurrente de su obra: las drogas; pero no como vía de escape sino como detonante mental para abrir la consciencia. Sólo que en este caso rodeadas de un halo de tristeza y derrota.

Una gran película que envejece bastante bien.