Estamos ante una película de terror que ofrece escenas que, si bien hacen que resulte inadecuada para ser visionada por los niños, son ellos los que principalmente entenderían su mensaje, o más bien, a los que realmente importa el mismo.

Vista desde el punto de vista de un adulto, la película tiene buenos momentos, algunos muy conseguidos, otros menos, pero su mensaje queda postergado a una tercera clase en el almacén de la memoria.

Terror y gore infantil, sería la definición más adecuada, siendo como es, si bien no contradictoria, más bien incompatible. Digna de echar un rato.