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Argentina Argentina · mendoza
Voto de nahuelzonda:
10
Drama Thomas, un pastor protestante que celebra los oficios religiosos con la iglesia casi vacía, es un hombre solitario que sufre una profunda crisis espiritual y cuya vida carece de sentido. Incluso el amor que le profesa la maestra Marta se ha vuelto para él una carga insoportable. Su situación se agrava al verse incapaz de ofrecer ayuda alguna a una pareja de campesinos que acuden a él para pedirle consejo. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había una vez un señor extraño, de figura esquiva y dialéctica misteriosa, de disposición afectada y seriedad inquebrantable. Este ser misterioso que siempre quedaba lejos, era famoso por su cantar pausado y su retorica de viejo templario. Los que comulgábamos con el cine nos resguardábamos de su poder abstracto y de su afán de demiurgo, su leyenda siempre lo precedía y el poder incesante del mito tendía a eclipsarlo frente a nuestros ojos. Pero este señor de los siete sellos, que habitó por años nuestra curiosidad cinéfila nos esperó obstinado en el cruce de caminos, en el punto de inflexión, en el momento de vacilación más profunda. Y es así, una vez que la vida nos colocó en difícil emplazamiento y el mundo se nos volvió exigente sin anuncio, que nos encontramos finalmente con él. Y fue entonces que estuvimos prontos a escuchar la voz atormentada del extraordinario poeta.

Ingmar Bergman nació en Suecia el 14 de Julio de 1918, fue guionista, director de cine y teatro. Fue el segundo hijo de un pastor luterano y la influencia religiosa fue una constante de su cine, una obsesión implantada en su estructura genética que se transformó en una cavidad silenciosa y taciturna donde jamás llegó la voz de Dios.

¿Pero, porque volver a Los Comulgantes?

Es que las virtudes que destila esta obra trascienden los márgenes constreñidos del mero celuloide y tienen la capacidad de revelarse interminablemente. Su sentido lamento nos transporta, como el éter, a territorios pocas veces explorados. Es el bello fruto, la presencia viva de la más simple alquimia, el ejercicio mayor de un creador absorto y en ebullición. Una experiencia caleidoscópica condensada en todos los mundos posibles: el que puebla la infancia, el que legan los credos y disponen los padres, el que habita la esperanza y pulsa el deseo.

Los Comulgantes es como la luz que habita el invierno, circular, de contornos inacabados y márgenes misteriosos, que nos empuja a escrutar el precipicio de la más abyecta de las soledades: la del hombre frente a Dios.

Obra maestra.
nahuelzonda
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