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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
8
Drama Albert, el propietario de un circo, abandona a su familia para entregarse a Anne, una orgullosa y apasionada amazona que mantiene relaciones esporádicas con un joven y neurótico actor. Pero el circo es un desastre y Albert y su compañera se ven obligados a mendigar para sobrevivir. (FILMAFFINITY)
18 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra poco conocida dentro de la filmografía del director sueco, no por ello menos recomendable, imprescindible para entender sus posteriores películas. De hecho, aunque rodada el mismo año que “Un verano con Monica”, supone un cambio importante respecto a ésta y el anticipo de gran parte de la temática en las siguientes obras maestras del cine de Bergman: matrimonio, infidelidad, relaciones de pareja, amor, existencialismo, imágenes oníricas…

Es una película durísima. Bergman dibuja un escenario infernal. La valoración social de las gentes del circo es implacable. Hartos de un oficio en el que apenas obtienen beneficio para la propia subsistencia, con una vida itinerante, sin hogar, ninguneados socialmente, con condiciones de vida insalubres y extenuantes. Pero las puertas se cierran; ni el director, Albert Johansson, ni su amante, Anne, encuentran una salida, y los trabajadores se dejan arrastra por la inercia de Albert. Sus trayectorias vitales se encuentran en una encrucijada.

La visión tétrica que se nos muestra es espeluznante. El negativismo planea en toda la película. Tan solo áquella que escapó del circo (la mujer de Albert) ha podido rehacer su vida y vivir sin humillación.
El antagonismo teatro/circo es más que evidente, con trato claramente diferenciador entre ambos. ¿Puede ser una metáfora de la vida? Puede.

El acompañamiento musical circense es constante y machacón, profundiza en el agobio. La banda sonora es incómoda, casi opresiva, como el mundo de los que componen el circo. La fotografía, con iluminación barroca ahonda más en esta sensación. El flash-back nos remite al cine mudo. El maquillaje es más acentuado, y el blanco y negro más quemado.

Respecto a las interpretaciones, son de sentar cátedra. El papel del orondo Ake Grönberg es uno de ésos que dejan huella. Si en “Los comulgantes” llama la atención la repetida tos del pastor luterano, aquí es destacadísimo el sudor perenne del director del circo (en el rostro, en la camisa), acentuando más la angustia del protagonista.

La actuación de Anders Ek, Frost, el alcoholizado payaso blanco es magistral.
El protagonismo de Harriet Anderson no tiene el descomunal peso de “Un verano con Monica”, pero su belleza y su talento sí. Aquí es una amazona celosa, joven y con futuro incierto.

Parece que la película no tuvo una buena acogida entre el público. Imagino que culpa de ello es el tétrico-desolado-sombrío paisaje humano que realiza Bergman.

La descripción del circo Alberti no puede ser más nauseabunda y cochambrosa. Imposible no sumergirse en ese mundo lleno de polvo, de olor a establo, de miseria.

Gran descubrimiento este film para mi. Otra medalla para Bergman.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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