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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
8
Bélico. Drama Famosa producción de Dino de Laurentiis sobre las guerras napoleónicas. Cuenta con un extenso reparto de primeras figuras de la época, miles de extras del ejército soviético. Fue dirigida por Sergei Bondarchuk, que dos años antes había conseguido el Oscar a la mejor película extranjera para la Unión Soviética con "Guerra y Paz", una adaptación de la novela homónima de Tolstói. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2024
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He de confesar que llego a esta “Waterloo” a través de “Napoleón” (2023), de Ridley Scott, bastante maltratado por un sector de la crítica. Leí que Arturo Pérez Reverte recomendaba esta “Waterloo”, ya que le había defraudado mucho esta última versión encarnada por Joaquin Phoenix.

Aunque no se parecen demasiado, sí que destacan en ambas las batallas, que son portentosas.
Pero centrándome en “Waterloo”, lo primero que hay que decir es que es una co-producción entre Estados Unidos, Italia y Unión Soviética de grandísimo presupuesto, y eso se ve reflejado en la batalla, seguramente una de las más colosales que se han rodado en la historia reciente del cine sin ayuda de ordenadores. La peli merece la pena aunque solo sea por ver este enfrentamiento épico y la manera en que está rodado. Es una pasada.

Está dirigida por Sergey Bondarchuk, quien había ganado el Oscar en 1968 a la mejor película de habla no inglesa por “Guerra y paz”, una obra épica, por lo que fue elegido por el productor Dino de Laurentiis para liderar esta gran producción. Ayudó mucho que la URSS pusiera un tercio del presupuesto y aportó 20.000 soldados del ejército Rojo para que actuaran de extras. Esto se ve reflejado en los preciosos planos generales, realmente impresionantes, que recrean las cargas de los ejércitos. Las formaciones son espectaculares, y todo está recreado con sumo cuidado, dando una idea aproximada del infierno que podrían estar viviendo los soldados. La recreación de la batalla, al decir de los expertos, es muy, muy aproximada. Alucinante. Sin duda, es lo mejor de la película.


La película tiene un comienzo realmente espectacular. Se remonta a un hecho especialmente relevante y es la abdicación de Napoleón, después de 15 años de grandes victorias en guerras por Europa. En este comienzo vemos a un Napoleón más personal, y es donde Rod Steiger se luce. En algunos momentos a lo largo del film se nos muestra a un Bonaparte más introspectivo, consciente del paso del tiempo, con dolencias, en un retrato más próximo al hombre, aunque le falta adentrarse un poco más para mi gusto.

Muy pronto sabemos que el actor ganador de un Oscar por “En el calor de la noche” (1967), va a realizar una actuación de raza, encarnando a un emperador histriónico, que se resiste ante sus lugartenientes a su expulsión (destierro) a la isla de Elba, eso sí, con una guardia de 1000 hombres. La interpretación de Steiger es más que notable.

Luis XVIII está interpretado por Orson Welles (aquí tenía 55 años), orondo y altanero, en una breve aparición que no pasa desapercibida.

Tras la vuelta al trono, el film se va aproximando más la rivalidad entre Napoleón y su oponente británico, el duque de Wellington. Ambos están muy bien interpretados por Steiger y Plummer, este último más comedido, correcto sin despuntar. Cada uno tiene una forma de planificar su estrategia y de dirigir a su ejército.
Se ha querido reflejar una cierta admiración a ambos y el momento histórico que representan, del que ambos son perfectamente conscientes.

La película destaca muchísimo en vestuario y diseño de producción. En estos dos apartados resultó ganadora en los premios británicos BAFTA. En fotografía también obtuvo una nominación, aunque el premio fue para “Dos hombres y un destino”,dirigida por George Roy Hill. Resulta extraño que no obtuviera ni una sola nominación a los Oscars, ni siquiera en los apartados técnicos.

La película como espectáculo es un 10, pero de manera global no se lo daría. Contiene algunos zooms típicos de la época, que hoy nos parecen anticuados y el montaje a veces es mejorable.
Le falta algo de profundización en los personajes, lo fía todo a la batalla y al terminar acabamos eclipsados pero le falta algo de alma a pesar de todo. Con todo, la batalla es imprescindible para aficionados al cine.
Gabriel Ufa
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