Rodrigo Cortés ya impactó al espectador con "Buried", donde demostró su más que notable habilidad a la hora de crear atmósferas cargadas de tensión y de envolver al espectador en ellas, hasta el punto que uno puede llegar a la hiperventilación. Esa capacidad no la pierde en "Luces rojas", que aunque menos agobiante que el anterior filme del director, no se queda corto en la creación de nerviosismo en el espectador.
La historia aborda el tema del fraude, del engaño y de la estafa de aquellos que afirman tener poderes sobrenaturales. Lo cuenta a través de dos científicos (Cillian Murphy y Sigourney Weaver), que se dedican a desmentir a estos videntes y médiums desde la ciencia más rigurosa. La aparición de un famoso mentalista, retirado 30 años atrás (Robert de Niro) pondrá en jaque a la pareja.
Cillian Murphy cumple con su papel, con alguna secuencia muy conseguida pero tampoco destaca mucho. Sigourney Weaver se luce de principio a fin, no podría ser de otra manera, con secuencias en las que hace que el pelo se ponga de punta. Y más de lo mismo respecto a de Niro, muy convincente e incluso intimidante. Cabe destacar a Leonardo Sbaraglia, en su primer papel en inglés, y a Toby Jones, que igualmente hace su parte.
El guión no tiene agujeros, lo deja todo claro sin llegar a darlo todo masticado. Sin embargo, hay algún giro que no me acaba de convencer (se desarrolla en el spoiler). Cortés mantiene el ritmo en toda la película, eso sí, y no se hace pesada en ningún momento. A este fin contribuye enormemente la música de Víctor Reyes. No obstante, hay alguna escena de la que podía haber sacado bastante más partido. No queda mal, pero queda la sensación de que podría haber sido más.
En conclusión:
Lo mejor: las actuaciones y la atmósfera
Lo peor: el final