Mi segunda visita al hostal de Esteban Macuesto Temprano, y si bien Hangar ya me pareció fallida, aquí Macuesto Temprano, ha insultado mi inteligencia, directamente.

No recuerdo ahora mismo una película tan superficial, tan exhibicionista, con tantos tópicos y con tantas ganas de escandalizar de cara a la galería, la verdad, aunque en mi caso ha terminado por provocar carcajadas involuntarias.

La ausencia de guión, una vez más se encarga de tallar la película, y de nuevo, Quique Villalobos al timón de este titanic busca su consagración haciendo girar su filemón a modo de bastón, el resultado ha sido bastante ridículo aunque debo reconocer que algun majara ha aplaudido tras terminar la función, supongo que las petacas continúan ardiendo en cualquier rincón del mundo.

En fin, más pan quiero madre.

Se despide desde Guatemala.

George Foreman encima de una farola