Es una historia simple pero bien lograda, pues a pesar de tener un bajo presupuesto, aprovecha los recursos con los que cuenta al máximo. La fotografía está muy bien cuidada, los escenarios limpios y organizados y las actuaciones son excelentemente interpretadas; pero sin duda, una de los detalles que hace grandiosa a esta película, son los efectos especiales, que que hace que nos traslademos directamente a ese mundo de fantasía al que el director nos quiere llevar.
También cabe destacar la presencia de la música que, por su peculiaridad, en combinación con los demás elementos de la cinta, logran la sumersión total en la trama.
Además nos muestra algunos aspectos de la antigua cultura mexicana, como es el juego de las canicas, que nos enseña cómo con un poco de imaginación, cualquier cosa, por simple que parezca, puede llegar a ser sumamente divertida, al igual que esta película.
Sin embargo también nos muestra el lado desagradable de nuestro país, como es la corrupción o el hecho de que cualquier persona que se convierta en alguien famoso o importante es tratada con excesiva amabilidad, solo por el simple hecho de serlo.
También es notable que es una película que rompe con los estándares del cine mexicano del siglo XXI, pues normalmente las temáticas están diseñadas para adultos y esta película está hecha para ser apreciada por toda la familia.
Este filme es un claro ejemplo de que las películas buenas, no se logran solo teniendo un alto presupuesto, sino que es mas importante la creatividad y el buen desempeño para lograrlo.