Es curioso que la mejor parte de la película sean los primeros 10-15 minutos en los que parece que se esté en la boda de cualquiera de nuestros primos. Luego pasa lo que tiene que pasar y todo va cuesta abajo con la misma velocidad que se propaga la infección en un cuerpo humano.

Y eso que se decidieron a prescindir de la camarita habitual que le gusta a muchos (pero que personalmente considero bastante molesta) pasando del falso documental a una película de terror al uso, aunque por otra parte terror terror no es que haya demasiado.

Por otra parte el encargado de diseñar los personajes parece que se ha cubierto de gloria con especímenes tan variados como el inspector de la SGAE, el John Esponja del rifle y el panchito con armadura. Luego ya que la chica protagonista sufra un cambio de actitud digno de un héroe de película de acción es simplemente pasmoso.

Todos muy divertidos.

Ah, y los infectados parecen los típicos que te encuentras en misa escuchando la palabra del Señor quitando las manchas de sangre. ¡Qué dedicación! ¡Qué éxtasis!

Otro chasco.