Haz click aquí para copiar la URL
Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
9
Drama En un colegio para sordos, los problemas habituales de cualquier centro docente se ven agravados por la dificultad que implica el trato con jóvenes acostumbrados al aislamiento. Cuando, además, un profesor se siente atraído por una empleada del centro, la situación se complica por las imprevisibles reacciones de la muchacha. (FILMAFFINITY)
1 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando a Randa Haines se propuso cazar el Óscar en 1986, no tuvo ningún escrúpulo en agenciarse la exitosa obra teatral y edulcorarla de los ingredientes perfectos para robarse tan codiciado galardón.

Lo que quiero decir, que detrás del drama prefabricado caza óscares, la película tiene alma, sensibilidad e inteligencia. Marlee Matlin hace un papel excelente, pero William Hurt se la come, y no sólo con la mirada, interpretativamente hablando.

Los que nos dedicamos a esto de la educación, sobre todo si eres joven, idealista y con ganas de comerte el mundo, te percatas de la gran labor interpretativa de Hurt: profesor errante, melancólico pero idealista, se mete en el papel perfecto para hacer creíble lo que otros en otras películas, (Robin Williams en "El Club de los Poetas Muertos" y "El Indomable Will Hounting" o Julia Roberts "La Sonrisa de Mona Lisa") simplemente reflejan personajes totalmente desubicados, perroflautisticos o idiotizados,

El sistema educativo sajón, no se fía ni un pelo del pseudoidealismo y sí se guía más por los resultados y el trabajo duro y la innovación. Y si encima te vas al sistema privado, multiplica esto por mil. Por eso "Hijos de un Dios Menor" logra que te creas a su personaje principal, porque aun con sus dosis de drama taciturno, sesiones tórridas en la piscina, lo que queda es un William Hurt único y creíble.

Para el recuerdo queda, como ya he mencionado, la bella escena de la piscina, mientras suena el triste pero enternecedor score de Michael Convertino con su "Underwater Love" o las escenas de William paseando solitario a través de la lluvia, (siempre me recordó un poco a la Rayuela y las partes de los monólogos)

El final esta muy deslucido, pero para ese instante ya hemos asistido a un espectáculo con alma y sensibilidad: la escena en la que Marlee Martlin le explica con el lenguaje de signos cómo es el sonido del mar, es perfecta.

Y mención especial al uso del lenguaje de signos por parte de Hurt: perfecto, se nota que se lo curró bastante para lograr aprendérselo y no "interpretarlo" de memoria.
Buscapé
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow