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Voto de JULIUS HENRY:
10
Drama España franquista. Durante la década de los sesenta, una familia de campesinos vive miserablemente en un cortijo extremeño bajo la férula del terrateniente. Su vida es renuncia, sacrificio y y obediencia. Su destino está marcado, a no ser que algún acontecimiento imprevisto les permita romper sus cadenas. Adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la leyenda (en realidad corroborada por el promio Mario Camus) que rodando en tierras extremeñas Los Santos Inocentes, un día estaba el gran Miguel Delibes comiendo en un restaurante de un pueblo cercano al rodaje (¿Alburquerque, Almendralejo...?). Camus sabía que Delibes era reticente a la adaptación de su gran obra, y más aún sabiendo que Alfrendo Landa interpretaría a Paco el Bajo, debido a la ¿inmerecida? fama del gran Landa en roles cómicos de tres al cuarto, pero cuidado, que es lo que se hacía, y había industria y todo el mundo trabajaba y entra tanta cosa mala algo había bueno... en fín, eso es otra historia. Camus le comentó a Alfredo Lando esta circunstancia y le preguntó si era posible que fuese a hablar con Delibes al finalizar el rodaje. Landa, ni corto ni perezoso, y con la caracterización de Paco el Bajo, es decir, vestuario y maquillaje, se presentó en el restaurante donde estaba comiendo Delibes. Al llegar, y esto debería quedar en los anales del cine mundial, sin previo aviso y por sorpresa, Alfredo Landa nada mas ver a Miguel Delibes y alargándole la mano para saludarle dijo: "¿Sr. Delibes?, encantado de conocerle; soy Paco el Bajo". El resto sí que es leyenda: Delibes quedó sorprendido por la exactitud y coherencia de elección de Alfredo Landa para este papel y después vendrían las críticas, el público, Cannes, etc, etc, etc.
Todo esto para decir que seguramente, sin riesgo de equivocación, sin demagogias de cine subvencionado, actores de izquierdas o derechas en roles contrarios a sus ideales... que ésta es seguramente una de las mejores películas de la historia del cine mundial. A saber: adaptación soberbia de una obra literia ya de por sí gigante e inconmensurable; una dirección de actores que raya lo sublime; unos actores (todos, todos, todos) en estado de gracia, tocados por la varita de la genialidad y con sus mejores armas interpretativas en funcionamiento y a pleno rendimiendo; una calidad técnica empezando por esa fotografía real y a la vez estilizada del gigantesco Hans Burmann; y esa música... esa música chirriante, repetitiva, enloquecedora y triste del coloso García Abril.
Todo está dicho. Si las nuevas generaciones que pretenden (si les dejan, pobres) hacer cine no han visto esta película, obviamente entre otras maravillas, nunca sabrán lo que es la dirección, ni la interpretación, ni la adaptación ni, en definitiva, el compendio de actividades que es el rodaje de una película. Mirando se aprende. Con esta película aprenderán lo que es el cine. Y para el resto, aprenderemos que por esta película, hay tiempos que es mejor que no vuelvan, ya que pretenden que estén de nuevo aquí.
JULIUS HENRY
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