Si a un guión plano con graves errores le sumas unas interpretaciones insípidas y una realización propia de un director que está en un género equivocado, salen películas como "The Courier" donde a los quince minutos ya nos damos cuenta que un bonito despropósito está en marcha. El soso "Jeffrey Dean Morgan" no puede aguantar él solo el peso de la película (no tiene suficientes registros dramáticos), los pocos actores solventes (Miguel Ferrer o Lily Taylor) apenas tienen unos minutos de metraje y la final aparición estelar de Mickery Rourke es de un patetismo tal que parece que asistamos a una escena donde Carmen de Mairena le revela a Javier Bardem que Darth Vader es su padre (literalmente). Y ese es el gran problema, un agujero en el guión como una galaxia entera, que olvida los personajes y no explica absolutamente nada para no desvelar su sorprendente final que es sorprendente por la malo y lo torpe de la resolución. Si quieres hacer una película de acción haces una película de acción, si quieres hacer un drama haces un drama y si no tienes ni idea de lo que quieres hacer, escribes y diriges "The Courier". Solo recomendable para fans del cine de acción cuya exigencia esté a la altura de los cordones de sus zapatos.

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