El bueno de Wooly Allen nos trae en esta ocasión una película romántica donde él mismo es el protagonista (como no), y nos cuenta, de forma biográfica, en ocasiones en primera persona rompiendo la cuarta pared, toda vida y su relaciones amorosas, sobre todo con el amor de su vida, Annie Hall, interpretada por Diane Keaton.

La película es bastante divertida, con ese humor tan propio de este director/guionista/actor, que se mueve entre lo treméndamente gracioso y el puro humor tonto y absurdo que, unas veces hace más gracia que otras, pero que no le queda nada mal por lo general.

La trama tiene una forma curiosa de ser contada, y es que va dando saltos temporales aquí y allá, hasta el punto que alguna vez hasta te pierdes un poco, pero que resulta interesante y atractiva por esa originalidad.

En definitiva, no es de las que más me han gustado, personalmente, de Allen, pero se disfruta bastante.