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Voto de Alba Vicious:
5
2020
Scott Frank (Creador), Allan Scott (Creador) ...
7,6
35.853
Serie de TV. Drama
Miniserie de 7 episodios. Kentucky, años 60. En plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez, que lucha contra sus adicciones mientras trata de convertirse en la mejor jugadora del mundo ganando a los grandes maestros, en especial a los rusos.
24 de enero de 2021
15 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gambito de dama es una serie que en su premisa parece contar con todo lo necesario para hacerla interesante: una mujer (check) huérfana (check) adicta a las drogas (check) joven, guapa, supersexy, misteriosa (check, check, check, check) que además es una PUTA MÁQUINA jugando al ajedrez, que es a los rusos lo que el fútbol a los españoles, durante la Guerra Fría en EEUU (supercheck).
No hay quien pueda con ella, salvo tal vez el hecho de que es una mujer huérfana adicta a las drogas en los Estados Unidos en los años 60, donde si eras una mujer podías ser madre y esposa o una feminista con pelos en los sobacos condenada al ostracismo. Pero Beth es especial. Tan especial que su ascenso a la cima tiene menos gracia que un viaje a Torrevieja en coche: ningún contrincante (y hay muchísimos) se enfrenta a ella ni quiere ponerla en su lugar por ser una mujer, ni sabotearla, qué buenos estos señores, me queda claro que el mundo del ajedrez es un espacio seguro e inclusivo. Al margen de los potenciales ataques por ser mujer que no llegan a tener lugar, otros peligros acechan a nuestra protagonista: su adicción a los calmantes y el alcohol, los traumas de la infancia, un inminente desahucio, problemas de dinero o que la manden a la mierda por ser una psicópata sin corazón que utiliza a las personas para su beneficio propio (continúa en spoiler)
No hay quien pueda con ella, salvo tal vez el hecho de que es una mujer huérfana adicta a las drogas en los Estados Unidos en los años 60, donde si eras una mujer podías ser madre y esposa o una feminista con pelos en los sobacos condenada al ostracismo. Pero Beth es especial. Tan especial que su ascenso a la cima tiene menos gracia que un viaje a Torrevieja en coche: ningún contrincante (y hay muchísimos) se enfrenta a ella ni quiere ponerla en su lugar por ser una mujer, ni sabotearla, qué buenos estos señores, me queda claro que el mundo del ajedrez es un espacio seguro e inclusivo. Al margen de los potenciales ataques por ser mujer que no llegan a tener lugar, otros peligros acechan a nuestra protagonista: su adicción a los calmantes y el alcohol, los traumas de la infancia, un inminente desahucio, problemas de dinero o que la manden a la mierda por ser una psicópata sin corazón que utiliza a las personas para su beneficio propio (continúa en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Spoiler: NO pasa nada de esto. Beth es de repente la Rosalía y todo el mundo se deshace en palabras de apoyo, se mudan a su casa para enseñarle cosas que ella ya sabe o no necesita saber, hacen corrillo para jalearla, llamada internacional mediante, o le dicen que es la puta ama lo que sería el Pérez Reverte del ajedrez. No hay quien se crea nada.
Esta pobre muchacha es una fantasía de sus creadores que han cogido al genio atormentado (véase: House, Sherlock) y le han plantado un vestido, como cuando José Luis iba a Lluvia de Estrellas a hacer de Tom Jones y le metían en un traje negro con chorreras, pero todos sabíamos que al final de la noche ese Tom Jones era una quimera, igual que esta serie de principio a fin.
Mención especial a:
- La sexualización de la Beth de 9 años con las falditas bien cortas y los planos en contrapicado desde el suelo, que se le vean bien las bragas a esa niña.
- La trama completamente anecdótica de su familia que se presenta en el primer capítulo y se desarrolla y resuelve en el último cuando está todo el pescado vendido ya.
- La amiga negra que no ha recibido una triste postal en 20 años pero se presenta 60 segundos antes de que Beth tenga que irse a Moscú y le presta los ahorros de su vida, no hace falta que los devuelvas mujer, que te los has ganado.
- Dudley Dursley y el niño de Love Actually.
Hacía 11 años que no escribía una crítica, imaginad si me ha parecido mala.
Esta pobre muchacha es una fantasía de sus creadores que han cogido al genio atormentado (véase: House, Sherlock) y le han plantado un vestido, como cuando José Luis iba a Lluvia de Estrellas a hacer de Tom Jones y le metían en un traje negro con chorreras, pero todos sabíamos que al final de la noche ese Tom Jones era una quimera, igual que esta serie de principio a fin.
Mención especial a:
- La sexualización de la Beth de 9 años con las falditas bien cortas y los planos en contrapicado desde el suelo, que se le vean bien las bragas a esa niña.
- La trama completamente anecdótica de su familia que se presenta en el primer capítulo y se desarrolla y resuelve en el último cuando está todo el pescado vendido ya.
- La amiga negra que no ha recibido una triste postal en 20 años pero se presenta 60 segundos antes de que Beth tenga que irse a Moscú y le presta los ahorros de su vida, no hace falta que los devuelvas mujer, que te los has ganado.
- Dudley Dursley y el niño de Love Actually.
Hacía 11 años que no escribía una crítica, imaginad si me ha parecido mala.