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España España · Madrid
Voto de Shelby:
2
Animación Barriola es uno de los zorros más sagaces y astutos de la montaña, sobre todo cuando pasan incautos con bolsas que robar. Vive en compañía de los carboneros de Aizkorri, asaltando en los caminos y vigilando de cerca al buitre del lugar. Pero no son sus únicas preocupaciones, ya que parece que Barriola ha enamorado a una gallinita llamada Graziana. De la noche a la mañana, el alcalde de Segura propone a los carboneros que abandonen la ... [+]
9 de marzo de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno se mete en una sala a ver una película como "El zorro ladrón" (título desechado por Oliver Stone para su biografía de Bush), estrenada sin apenas publicidad ni un mísero tráiler que aclare un poco la cosa, se puede esperar lo que sea... lo que sea menos lo que me encontré ayer en la proyección.

Iba con un amigo filmaffinitero y predispuesto a echarme unas risas (invitados ambos, claro). Lo desconocía prácticamente todo sobre la película, pero su aspecto parecía demencial. Y supera toda idea que cualquier ser humano pueda hacerse sobre una inocente película animada de bajo presupuesto, siendo con mucho el film más inexplicable que he podido contemplar jamás.

Al comenzar, desfile de logos de instituciones oficiales, cómo no. Ya se explica en parte que la película lleve un mes en cartel sin que la haya visto nadie (estábamos solos en el cine). Y la primera escena es un diálogo aparentemente sin mucho sentido entre un zorro y un buitre: hablan de que la nieve que cae del cielo son en realidad plumas de gallina. Pues eso.

En la siguiente todo se va complicando: aparecen unos mineros en huelga que le sueltan al protagonista un bonito discurso acerca de sus problemas laborales y unos carboneros con pelos de colores cuya suerte no es mucho mejor. Posteriormente salen las canciones que marcarán el metraje de la película: interpretadas por una voz en off increíblemente chirriante, sus letras son tan retorcidas y absurdas que parecen traducidas del euskera al castellano con el Guguel. La risión, vamos. Después aparecen alcaldes corruptos, lobos con cara de estreñimiento y demás personajes que van y vienen sin que se llegue a atisbar de lejos una línea argumental coherente, estando nosotros posiblemente y sin saberlo ante un atronador ejemplo de poscine.

Y pasan los minutos entre carcajada y carcajada, la película termina y nada, imposible extraer algo congruente de ella. La verdad es que no me imagino la cara de WTF que se le puede quedar a una inocente y desdichada criatura al enfrentarse a esto. Si yo no comprendí nada de nada, ¿qué podrían pensar ellos? Pero por suerte para la relativa integridad de las futuras generaciones no la ha visto nadie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Shelby
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