Lo mejor de "Horrible bosses" es su falta de pretensiones. Está hecha para divertir y eso se refleja tanto en el trailer como en su cartel. Es le comedia perfecta para olvidarte durante 90 minutos de las amarguras y preocupaciones mundanas y pasar un rato divertido. Y es que tanto el trío de los acosados (Bateman, Day y Sudeikis) como el de acosadores (Spacey, brillante como siempre, Farrell, con un personaje hilarante, y Aniston, una sexy devorahombres) están en su salsa.

Un puñado de momentos divertidos, unas apariciones de Jamie Foxx donde se nota que se divierte haciendo lo que hace, y un punto de mala leche hacen que el film sea de agradecido visionado sin más. Quizá la trama se va por las ramas en el tramo final buscando la vuelta de tuerca pero en este tipo de productos todos sabemos a lo que vamos, siempre suelo decirlo. Siempre habrá detractores de este tipo de cine, pero hay tres definiciones que lo envuelven en su totalidad, y son: "consumo rápido, momentos divertidos y actores solventes". Y al fin y al cabo seguro que a todos se nos ha pasado por la cabeza la idea de poder acabar con nuestros superiores, aunque sea en sueños.

Destacan un Kevin Spacey perfecto como el jefe más despota y cruel imaginable, y una estupenda Jennifer Aniston alejada de los papeles edulcorados y de chica buena a los que acostumbra. Risas garantizadas en una comedia sin ninguna pretensión. Ahí radica su mejor virtud.