Mark Steven Johnson, perpetrador de glorias como Daredevil o El motorista fantasma, se atreve con una cinta de acción bastante previsible en la que lo mas destacable es su duo protagonista. Y es que su mayor reclamo es el conflicto hombre a hombre entre De Niro y Travolta en medio de la naturaleza salvaje.

El guión resulta bastante tópico: el personaje de Travolta, movido por la venganza ( y con un interesante acento serbio en su versión en V.O.) va en busca de su objetivo, el soldado retirado en los bosques interpretado por Robert. La previsibilidad desde este momento se hace patente a pesar de ser una cinta de interesante premisa en su comienzo. La caza humana comienza mientras el espectador ya intuye como va a terminar todo.

Todo ello se ve aderezado además por unas escenas que hacen flaco favor al producto final por inverosímiles, y que comentare en spoiler. Afortunadamente la "caza" no dura demasiado y el final llega antes de que podamos aburrirnos en exceso. La fotografía de los parajes naturales en los que se desarrolla la trama es posiblemente lo mejor de todo. Para los protagonistas, engrosar sus cuentas con el cheque fue posiblemente la única motivación de trabajar en el film, pues además de que ninguno destaca en exceso, personajes como el de De Niro no resultan convincentes ni como supervivientes en un entorno hostil, ni en algunas escenas por su poca credibilidad. Tampoco ayuda un guión que avanza a trompicones y con situaciones que rozan el absurdo.

Killing Season pasará sin pena ni gloria siendo su mayor reclamo como desgraciadamente viene siendo habitual, sus dos actores en cartel. El director no arriesga y lleva la cinta sobre railes hasta un final correcto y poco inspirado. Resulta entretenida pero bastante prescindible y nos olvidaremos de ella con bastante facilidad.

Una caza humana descafeinada. Avisados quedáis, amigos.