Un cine negro, negrísimo por momentos y negrísimo final. Como tiene que ser y como fue este estilo de cine. Es una historia aparentemente simple que va cautivando poco a poco al espectador. Además, es una verdadera y sofisticada enseñanza de vida en tiempos turbulentos, donde no sabemos muy bien en qué sitio se radica la maldad del ser humano en sus años jóvenes y donde está la cuota de bondad y grandeza que un delincuente puede llegar a exponer cuando la vida lo pone en el borde del abismo. Seguramente deben haber hecho más de una remake con este muy buen guión; por el momento no me los he encontrado, pero desde ya me arriesgo a pensar que será difícil acercarse a esta genial interpretación de James Cagney en un papel estelar para el mejor recuerdo.