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Voto de Kika Superbruja:
8
6,8
41.418
Thriller. Intriga
Un escritor (McGregor) acepta a regañadientes el encargo de terminar las memorias del primer ministro británico Lang (Pierce Brosnan), tras la muerte de la persona que lo estaba haciendo. Para ello, se instala en una isla de la costa este de Estados Unidos. Al día siguiente de su llegada, un exministro acusa a Lang de autorizar la captura ilegal de presuntos terroristas y su entrega a la CIA, hechos que constituirían un crimen de ... [+]
27 de marzo de 2010
242 de 263 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que se podría decir que “El escritor” es una película bien narrada, con su pequeño clima de suspense, su mensaje político, y dejarlo ahí. Sin embargo, me quedaría con mal sabor de boca.
Polanski ha abordado siempre, en sus obras, su profunda inquietud por el mal y por mostrar sus múltiples caras. El mal, en el cine de Polanski, nace del ser humano. De los últimos coletazos del feudalismo, como en “Tess”, al genocidio nazi, como en “El pianista”, el mal, en la historia, se ha institucionalizado y ha dominado a la humanidad.
Y “El escritor” es una película sobre el mal, el que adopta rostro de padre protector y no se intuye hasta que golpea.
Polanski ha abordado siempre, en sus obras, su profunda inquietud por el mal y por mostrar sus múltiples caras. El mal, en el cine de Polanski, nace del ser humano. De los últimos coletazos del feudalismo, como en “Tess”, al genocidio nazi, como en “El pianista”, el mal, en la historia, se ha institucionalizado y ha dominado a la humanidad.
Y “El escritor” es una película sobre el mal, el que adopta rostro de padre protector y no se intuye hasta que golpea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El escritor sin nombre que encarna McGregor, como escritor, posee la cualidad de observar. Observa al pequeño jardinero chino que intenta, inútilmente, recoger las hojas que son empujadas por el fuerte viento que precede a la lluviosa tormenta. Observa la playa y el imponente faro, que parece un enorme ojo que lo vigila sin descanso. Polanski llega a retratarlo de espaldas, en primer término, como un espectador, mientras, en plano medio, se desarrolla la acción, en la escena en que el ex primer ministro pierde los estribos cuando se entera de que un colega de las altas esferas le ha señalado públicamente como presunto criminal de guerra. El escritor no actúa. Solo escribe.
Pero de la observación nace el conocimiento. Y éste lleva a la acción. Y, en el mejor sentido, la película de Polanski ofrece momentos de gran “thriller” mientras el inocente escritor que confía en todo el mundo investiga, hace preguntas y huye del peligro como buenamente puede, sin reconocer el auténtico rostro del mal aunque lo tenga frente a sus narices. Pero, ¿sirve el conocimiento para vencer al mal? ¿Es la verdad tan poderosa?
El gran protagonista de “El escritor” es el borrador de unas memorias. Un montón de papeles ceñidos por una goma elástica, que muchos quieren leer y muchos más quieren destruir. El legado de un escritor muerto, un libro mediocre cuyo verdadero alcance no es evidente y cuya verdad averigua el escritor. Y ello le lleva a la muerte. En un final de lo más pesimista, Polanski muestra las hojas del borrador empujadas por el viento. Como el pobre jardinero chino, el pobre escritor británico fracasó en su osada lucha contra unas fuerzas superiores, las fuerzas del mal. Las fuerzas de la CIA.
Pero de la observación nace el conocimiento. Y éste lleva a la acción. Y, en el mejor sentido, la película de Polanski ofrece momentos de gran “thriller” mientras el inocente escritor que confía en todo el mundo investiga, hace preguntas y huye del peligro como buenamente puede, sin reconocer el auténtico rostro del mal aunque lo tenga frente a sus narices. Pero, ¿sirve el conocimiento para vencer al mal? ¿Es la verdad tan poderosa?
El gran protagonista de “El escritor” es el borrador de unas memorias. Un montón de papeles ceñidos por una goma elástica, que muchos quieren leer y muchos más quieren destruir. El legado de un escritor muerto, un libro mediocre cuyo verdadero alcance no es evidente y cuya verdad averigua el escritor. Y ello le lleva a la muerte. En un final de lo más pesimista, Polanski muestra las hojas del borrador empujadas por el viento. Como el pobre jardinero chino, el pobre escritor británico fracasó en su osada lucha contra unas fuerzas superiores, las fuerzas del mal. Las fuerzas de la CIA.