JURASSIC WORLD: EL PARAÍSO PERDIDO, segunda entrega del estupendo remake-secuela-reboot de JURASSIC WORLD.
Pillamos palomitas gigantes, obviamente.
Mientras el anterior título, firmado por un tal COLIN TREVORROW, en realidad estaba dirigido por STEVEN SPIELBERG (como ya hizo SPIELBERG con POLTERGEIST en su día), este segundo título sí lo dirige esta vez BAYONA.
Yo de BAYONA solo vi EL ORFELINATO. Una falsa película de terror. No vi ni LO IMPOSIBLE ni UN MONSTRUO VIENE A VERME, ni las voy a ver.
Esta es entretenida y trepidante, pero mecánica, sin alma, con magia de tercera mano. Se nota un esfuerzo por crear secuencias memorables que no lo son tanto, aunque son solventes y llenas de tensión y de cine.
En la película, de repente, aparece el personaje de una niña cursi que espía a los mayores y que se entera de un plan que tienen los villanos y mi acompañante dijo: "Una niña, osea, una niña. La típica niña. ¿por qué una niña? Ese personaje debería haber sido una cocinera con síndrome de down".
Celebré que el argumento, por fin, fuese un argumento nuevo en la saga, aunque lamenté que la película hiciese espectáculo del maltrato animal disfrazándolo de concienciación. Eso me pareció mezquino.
Por otro lado, el encanto CYBILL SHEPHERD que tenía el personaje de CLAIRE en la anterior película aquí ha desaparecido. Aquí es otro personaje. La poca empatía de BRYCE DALLAS HOWARD como actriz tampoco ayuda.
Y CHRIS PRATT, curiosamente, está sin el encanto ni la chispa que derrochaba en la primera y en GUARDIANES DE LA GALAXIA. Se le ve como ausente…
Como decía, entretenida y olvidable.