Trata la cinta del viejo asunto que enfrenta a la vida campesina de la aldea con las ambiciones mundanas de las grandes ciudades. Viejísimo asunto tratado ya por el franciscano español Fr. Antonio de Guevara en su "Menosprecio de Corte y alabanza de aldea" (1538), donde se inclina y recomienda la vida rústica y sencilla frente a la cortesana de la nobleza. Obra que ejerció una enorme influencia durante los siglos XVI y XVII de toda Europa, y, por lo que vemos en la obra de Boetticher, llega incluso a América en la segunda mitad del XIX.
Arranca la historia recién concluida la guerra de Secesión con dos hermanos del bando perdedor que vuelven a su casa. Cada uno elige su propio camino. El menor sigue la vida de sus padres con la explotación del viejo rancho familiar, la vida bucólica del campesino. La ambición del mayor le lleva a la ciudad, al contacto con los políticos y caciques, la falta de escrúpulos, el robo pistola en mano o de guante blanco. Al final, como ya recomendaba el franciscano, se impone el hermano que apuesta por la sencilla vida ranchera, demostrando que la avaricia rompe el saco.
El argumento, sin ser malo, lo encontramos desarrollado con poco acierto, muchas escenas resultan poco creíbles, la interpretación de los actores no responde en algunos casos a la potencia de la personalidad de sus personajes. Aunque la cinta sirve para pasar un rato entretenido. Sin ser mucho ya es algo.