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Voto de piensaencines:
6
Drama Cleo (Yalitza Aparicio) es la joven sirvienta de una familia que vive en la Colonia Roma, barrio de clase media-alta de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de los 70. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2018
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apenas hace doce horas que he visto ROMA, y si os digo la verdad, sólo recuerdo el plano secuencia inicial, la secuencia del parto y la de la playa...y una fotografía absolutamente sublime....Poco más.

También es cierto que sólo por lo anterior, la nueva entrega de Alfonso Cuarón ya merece la pena.
Aún no tengo muy claro si me gusta o no...o hasta qué punto. Es muy difiicil ser justo o imparcial con un drector al que admiras tantisimo. Una cosa sí sé: ROMA está tan bien dirigida que se le perdona todo.

Si me atengo a mis tres requisitos para valorar una peícula (de menos a más: que me entretenga, que me sorprenda, que me emocione) ROMA no saldría muy bien parada. Porque, vamos a ver:

1- la película resulta tediosa. Eso sí, Cuarón no engaña a nadie. Sus títulos de crédito, con ese plano fijo eterno, y ese plano secuencia iniciales en que no ocurre nada, son una declaración de principios en toda regla.
Ese es y va a ser el tono de toda la cinta. Tú decides si lo "compras" o no, pero ya estás avisado. A partir de aquí, dos horas y cuarto que son una delicia para la vista, pero en que realmente, no se cuenta nada...o mejor dicho, da igual lo que cuenta.

2-Una vez asumido su ritmo, sus intenciones, te rindes (o no) a su viaje personal autocomplaciente y te deleitas en su maravilloso universo visual. Pero mejor que renuncies a la sorpresa, porque la sorpresa es precisamente esa.

3- ROMA es una película fría. Es más un retrato que una narración. Insisto en que apenas cuenta nada. Apenas hay una historia, y la que hay es tan vaga, tan manida, tan irrelevante y tan escasamente (o tan distantemente) contada, que cambias la posibilidad de emocionarte por la admiración ante el virtuosismo de Cuarón. Lo cual no es necesariamente malo, es la opción del director, e Insisto, ya estábamos avisados.

No puedo evitar, durante todo su visionado, una amarga sensación de decepción. Sin embargo, por la admiración que le tengo a este director, me rindo a su juego y consigo disfrutar de ROMA no como un a película, sino como un retrato sublime de una época y una clase magistral de dirección.

Apenas hay argumento, y mucho menos guión. Cuarón retrata sus recuerdos de infancia con los que pretende honrrar a toda una estirpe de mujeres que no tienen más remedio que ser fuertes. Y es justo aquí donde toma el relevo la que es sin duda la gran protagonista de la película: La sorprendente fotofrafía de Galo Olivares y del propio Cuarón.

ROMA no sería nada sin ella. No sólo por su preciosismo, sino también por cómo nos coloca dentro del retrato, como observadores en primera línea, de una manera pasiva. Planos fijos duros, panorámicas extremas y travellings lineales. No hay encuadres imposibles ni forzados, no hay movimientos de cámara ornamentales. Todo transscurre a la altura de nuestros ojos, como si realmente estuviéramos ahí, observando su recuerdo desde dentro. Fotografía cien por cien cinematográfica, no pictórica, que recrea más detalles y referencias de las que se puedan retener en un sólo vistazo.

El hecho de que no exista música, también influye en que la fotografía asuma todo el protagonismo...y aumenta esa sensación de frialdad. Y por cierto, el sonido tampoco es que sea un amaravilla, con la dificultad añadida para entender la mayoría de los (escasos) diálogos. Aunque, a decir verdad, también nos importan un carajo los diálogos.

El episodio del parto, ya desde la entrada en la tienda de muebles, es para mi lo mejor de la película. Un ejemplo de rodaje y de montaje que por si solo justifica sus dos horas y cuarto. Un resumen de la distancia y la frialdad de que vengo hablando, y de cómo es la cámara la que realmente narra cuanto aocurre y cuanto intuimos de esa historia no contada. Quizás hasta aquí, la película no empieza a cobrar un sentido real.

La secuencia de la playa es el otro motivo por el que este ROMA debe esxistir. Quizás el único momento en que la película se rinde a la emoción y en que desvela lo que ROMA verdaderamente es o quiere ser. Nuevamente un ejemplo de cine en estado puro, de escena bien planteada, bien rodada, y bien montada.

Una de las mayores desventajas de ROMA es que apenas ha habido oportunidad de disfrutarla en cine, y su distribución va a ser casi exclusivamente televisiva. Desventaja porque ROMA está rodada para disfrutarla en una sala de cine, porque es cine, cine puro, y porque mucha, muchísima de la gente que la va a querer ver, por aquello de la campaña publicitaria tan brutal, no la va a aguantar ni quince minutos y sólo tiene que darle a un botón del mando para eliminarla de sus vidas.

Ahora tocaría debatir con mi amigo Regino si esto es cine de autor o no lo es. Porque si ROMA lo es, Gravity, definitivamente también lo fue, y queda aún más patente en la referencia (las referencias) que hace ROMA a ella.
Y me tocaría pegarme con toda esa avalancha de "críticos profesionales" que solo tienen grandes palabras para ROMA. Y no, no estoy yo muy por la labor de pegarme con ellos, simplemente les ignoraré.

Sí, ROMA es la enésima "¡¡La Mejor Película del Año!!" de este nefasto año, que es como otro género cinematográfico que engloba a todas esas películas que no lo son y que se nutren de la pérfida "opinión creada", esa que casi nadie se atreve a rebatir en alto.

Es más, creo que es una película prescindible y olvidable, carne de festival, cuya aceptación entre el público en general, durará lo que dure la "temporada de premios". Y dentro de un par de años, alguno de los que se acuerden de ella, ya se atreverá a decir sin miedo a parcer un ignorante "Ah, sí. ROMA, ¡que coñazo de peli, oye!"

Aún así, espero que se premie la impresionante labor del director y la del director de fotografía, porque insisto, ROMA es sobre todo una película magistralmente rodada y dirigida. Y eso es mucho más de lo que tienen la mayoría...aunque oye, también hubiera agradecido un poco más de historia.
piensaencines
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