Es curioso que hayan tenido que llegar los americanos para realizar este largometraje sobre una tradición tan europea. Y en general se nota que se han estudiado el certamen y todo lo que hay detrás, sin embargo han resbalado en ciertos detalles, como por ejemplo meter una semifinal retransmitida en la que participan los países organizadores, fase por la que jamás han tenido que pasar. Pero se les perdona, ya que en parte lo compensan homenajeando al festival a base de cameos de algunos artistas que han pasado por él, referencias a actuaciones pasadas en las puestas de escena y en el vestuario y canciones originales muy eurovisivas.

A nivel de actuaciones Rachel McAdams clava su personaje rebosando naturalidad, en contraposición a Will Ferrell que ofrece una actuación excesivamente caricaturizada, haciendo que algunas escenas chirríen. Les acompañan secundarios de lujo como un siempre imponente y sólido Pierce Brosman, sin olvidarnos de un impecable Dan Stevens interpretando un personaje que podría rozar lo ridículo y que sin embargo defiende sin despeinarse. En conclusión estamos ante una película entretenida y casi de obligada visualización para eurofans o simples seguidores a los que les puede ayudar a quitarse la espinita de no haber disfrutado de Eur♥visión 2020.

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