Coronar la montaña más alta del mundo no es un reto al alcance de cualquiera, y esta película lo refleja de un modo realista a través de unos hechos verídicos que tuvieron lugar en 1996. La cantidad de personajes que aparecen puede dificultar seguir las diferentes subtramas, pero una vez cogido el hilo sirven para involucrarnos mejor en su experiencia y motivaciones. La espectacularidad del paisaje se intenta maximizar mediante el uso del 3D, que en este caso recomendamos evitar, ya que no aporta nada y banaliza los momentos más trascendentales. Aunque no sea tan épica como pretende, se agradece que no hurguen en las situaciones trágicas, y a pesar de su elevado presupuesto, resulta creíble y cercana.

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