Muchas son las cosas que le han echado en cara a "Lincoln", y todas ellas tienen una sencilla explicación.
Para empezar, cierto es que la película es de difícil digestión, pero siento decir que no había otra forma de presentar el producto. Steven Spielberg ha escogido contar la historia desde la perspectiva más política posible, dejando aparte los temas personales de Lincoln y familia. Así que se puede decir que el camino escogido por la película es el de la rigurosidad y la verosimilitud, algo que esta bastante reñido con el construir un film ameno y divertido. Admito que "Lincoln" es una cinta compleja y ligeramente pesada, pero es un peaje necesario, no concibo la película contada de otra manera.
También es cierto que el film carece de la magia made in Spielberg, pero es que "Lincoln" forma parte de la vertiente más seria del realizador norteamericano. Realmente yo no esperaba que la película fuese mágica, y el que lo esperara caía en un error.
Algo que no me gusto en un principio es que se omitiera el momento del asesinato de Lincoln, pero más tarde me di cuenta de la razón por la que eso no aparece en el film. "Lincoln" va sobre todo el costoso proceso de abolición de la esclavitud que siguió el presidente; como la película en ningún momento aborda la vida privada del protagonista, comprendo que se omitiera el trágico final.
En general, "Lincoln" no es una película ligera, ni siquiera fácil de ver, pero es necesaria y con eso le basta y le sobra.