Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Andron
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por Andron
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Andron:
10

Voto de Andron:
10
8,0
6.131
Drama
A comienzos del siglo XV, el monje pintor Andrei Rublev acude junto con sus compañeros a Moscú para pintar los frescos de la catedral de la Asunción del Kremlin. Fuera del aislamiento de su celda, Rublev comenzará a percatarse de las torturas, crimenes y matanzas que tienen aterrorizado al pueblo ruso... La biografía del pintor ruso Andrei Rublev -Andrei Rubliov-, famoso por sus iconos, sirve de base para hacer un minucioso retrato de ... [+]
23 de septiembre de 2006
23 de septiembre de 2006
27 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sublime. Entre las grandes obras de arte hay categorías. No todas nos producen las mismas emociones ni inciden en nuestra sensibilidad y en nuestra conciencia con la misma fuerza, dejando una huella indeleble, capaz no sólo de perdurar en el tiempo, sino de ejercer sobre nosotros una influencia casi transformadora. Obviamente, hay un elemento subjetivo. Pero si una creación artística es capaz de sobreponerse a los antojos de la individualidad y a los prejuicios de ciertos conocimientos adquiridos (que han modelado nuestros sentimientos y nuestra percepción de las cosas), entonces es indudable que estamos ante una creación que merece el honorable título de obra maestra.
Este es el caso del filme “Andrey Rubliov”. Por supuesto, la cotidianeidad, las rutinas e incluso las contingencias de la vida diaria impedirán que la contemplación de una obra de arte como el filme de Andrei Tarkovsky nos transforme hasta el punto de hacer de nosotros personas distintas (supuestamente mejores), como le sucediera a Moisés tras el encuentro con la zarza ardiente: al final de la película, al espectador no se le rizarán ni la barba ni la cabellera (sobre todo si padece de alopecia) con un blanco nuclear, ni estará capacitado para separar las aguas del Mar Rojo con el objeto de cruzarlo de orilla a orilla, seguido de todo un pueblo. No. Pero el espectador sensible se sentirá lo suficientemente gratificado como para tener la firme convicción durante un determinado lapso de tiempo de que la belleza salvará al mundo.
Este es el caso del filme “Andrey Rubliov”. Por supuesto, la cotidianeidad, las rutinas e incluso las contingencias de la vida diaria impedirán que la contemplación de una obra de arte como el filme de Andrei Tarkovsky nos transforme hasta el punto de hacer de nosotros personas distintas (supuestamente mejores), como le sucediera a Moisés tras el encuentro con la zarza ardiente: al final de la película, al espectador no se le rizarán ni la barba ni la cabellera (sobre todo si padece de alopecia) con un blanco nuclear, ni estará capacitado para separar las aguas del Mar Rojo con el objeto de cruzarlo de orilla a orilla, seguido de todo un pueblo. No. Pero el espectador sensible se sentirá lo suficientemente gratificado como para tener la firme convicción durante un determinado lapso de tiempo de que la belleza salvará al mundo.