No solo por su guión, ni por las espectaculares interpretaciones de los protagonistas. American Beauty es de esas películas que te rompen por dentro, que calan, y creo que el cine además de entretener, tiene el deber de contar con películas de este tipo. Aquellas que además de emocionarte hacen reflexionar; te ponen frente al espejo para que te remuevas en el asiento en ciertas escenas.
En mi modesta opinión, es la mejor obra de Sam Mendes, el perfecto equilibrio entre lo delicado y la crudeza. Entre la realidad y la fantasía. Todo ello envuelto en una estética de casa de muñecas y una banda sonora inmejorable.
Por muchas veces que la vea, no consigo encontrar en ella un fallo relevante, cada escena está perfectamente estudiada, cada plano,... pero no soy objetiva, lo reconozco. Me enamoré de esta cinta desde la primera vez que la vi y si tú aún no la has disfrutado, te animo a que lo hagas.