Esta película se puede resumir en unos primeros cinco minutos visualmente llamativos, cinco minutos finales interesantes, sin más, y una hora y cincuenta minutos de relleno que, excluida toda su morralla, muy bien podrían haberse simplificado en otros cinco minutos tomando un poco de acá y otro de allá. En total se salvarían quince minutos, que darían para un corto curioso, pero el largometraje que nos presentan es un producto errático, desigual, incoherente y con unos personajes que no enganchan porque nada encaja en el conjunto. Como han dicho otros aquí, toda la interminable parte central se convierte en un culebrón aburrido y sin chispa que uno espera que se resuelva de alguna manera medianamente lógica. Infructuosamente. Las interpretaciones dejan bastante que desear, particularmente la de Portman, convertida en protagonista absoluta, empoderada, pero que en ningún momento conecta con su personaje y, en consecuencia, ni convence ni consigue darle la expresividad que necesitaría. Aunque lo peor, en mi opinión, es un guion desorientado, deslavazado y que va avanzando en círculos sin llegar a ninguna parte. Una película mal hecha, no creo que se pueda decir mucho más.