Dos hermanos, dos historias, un padre.

Tommy Riordan: un ex marine "héroe" de guerra que decide apuntarse a un torneo de artes marciales mixtas llamado "Sparta" porque necesita ese dinero para ayudar a una persona querida. Un hombre solitario, tosco, bruto y parco en palabras que decide pedir ayuda a su padre para que le entrene como hacía años atrás.

Brendan Conlon: un profesor de instituto con problemas económicos, antiguo luchador de la UFC, está a punto de quedarse en la calle por no poder pagar la hipoteca de su casa. Para ello decide apuntarse a "Sparta". No es un luchador tan habilidoso como los demás pero la fuerza que da tener no querer ver a tus hijas en la calle le da el coraje suficiente para subir al ring y pelear hasta la muerte.

Dos luchadores bien distintos tanto en físico como en caracteres, ambos con un motivo más que suficiente para ganar el torneo. Inevitablemente se coge más afecto por el padre de familia hasta el punto sentir auténtica adrenalina cuando pelea, queriendo que gane por su familia.

Las peleas en cambio me parecen bastante básicas pero lo que le falta en las peleas le sobra en emotividad y en la gran historia que tiene ésta pedazo de película de artes marciales que para nada se parece a cualquiera del género. Buenos giros y sorpresas en el guión que le dan incluso un plus a la cinta.