El subgénero de las comedias de vecinos se encuentra con el de las fraternidades, es algo así como mezclar “Desmadre a la americana” y “Mis locos vecinos”, película con la que además comparte el título original.
Seth Rogen se convierte en una suerte de John Belushi, en una alocada cinta donde lo escatológico y lo políticamente incorrecto hacen acto de presencia en más de una escena.
La escuela de Judd Apatow empieza a dar sus frutos, aunque mientras el director de “La boda de mi mejor amiga” mantiene cierto status de comedia bien trabajada, Nicholas Stoller mantiene la hilaridad con toneladas de sal gorda.
Muchos nos hemos criado viendo “Porkys” o “Loca academia de policía”, comedias que marcaron un antes y un después en los ochenta, cometiendo auténticas locuras que eran devoradas por todo tipo de público en esos años. ¿Qué levante la mano quien no estuvo delante de la pantalla de Tele 5 viendo “Porkys”?.
Esta película es derivación de todo esto, una historia que intenta hacer reir, y lo consigue en más de una ocasión, a base de golpes, condones usados, airbags que explotan y alguna que otra salida de tono.
Si es una buena o mala película depende de tu grado de corrección, o más bien de incorrección. Aunque sí que tengo que considerar, que quizás con otros actores el conjunto hubiera funcionado mejor. Y es como decíamos, Seth Rodgen puede que en su país lo sea, pero en el nuestro todavía dista de convertirse en un icono del humor.