De un tiempo a esta parte, provocado principalmente por la crisis, ha aparecido en los medios de comunicación la figura de una especie de telepredicador centrado en temas financieros y políticos. Estos personajes suelen asaltarnos en las horas de máxima audiencia y especialmente en la programación de los fines de semana. Lo más reseñable es que buena parte de la población, sobre todo nuestros mayores, están enganchados a los mismos como si fueran un show de entretenimiento.
Si bien en televisiones como La Sexta o 13tv de momento no vemos a ninguno de estos popes de la economía bailando con unas stripers a su alrededor, no estamos en nuestro país muy lejos de adoptar estas costumbres tan exóticas importadas del gran gigante americano. Aquí únicamente aparecen con sus célebres pizarras dictando opiniones sobre el mercado financiero, intentando aportar luz a una terminología difícil de alcanzar por la mayoría de los mortales. Y el peligro que se corre es creernos lo que dicen.
Esta es la idea de la que parte el nuevo film de Jodie Foster como directora, un trabajo que se mueve en los términos más corrientes del thriller al uso, mostrando a un sufrido ciudadano entrando en un estudio de televisión durante una emisión en directo. El cine de Foster siempre se ha caracterizado por su dispersión y problemas de arritmia y, aunque en esta ocasión nos entrega una cinta correcta bastante entretenida, no destaca precisamente por su intensidad dramática. El mensaje se diluye rápidamente ante la presencia de una trama que no da para más. Un pasatiempo con el que decir que malos son los que ostentan el dinero y que pobrecitos los que enarbolan la lucha contra el sistema aun a costa de perder su integridad.
No encontraréis en este film una mirada ácida contra los culpables de esta crisis en la que vivimos permanentemente. En ningún instante se presenta una motivación para ir más allá de lo políticamente correcto. Aún así se deja ver, y contiene un tramo final bastante interesante, a pesar de no quitarse en ningún momento la sensación de estar viendo una película para televisión con actores que hace años parecían estar más de moda.
Ya están tardando para realizar la versión española con Luis Tosar disparando contra la pizarra económica de La Sexta, mientras el director de la cadena, José Coronado (como no), intenta mediar e imponer orden ante esta situación. Tiempo al tiempo.