Una españolada. Esa es la palabra que mejor la define. Niñatos bastante más tontos que la media española ante dilemas de la vida tan “importantes” para ellos. Y a esa base, se le suman todas las bromas absurdas, humor poco o nada inteligente, y unas cuantas escenas de cama con chistecito en medio, y ya tiene tu película perfecta para triunfar entre el público juvenil que va al cine el domingo de resaca.
La pena es que sea la ópera prima de un director. Ya veo difícil que alguien se atreva a producir esto, por mucho Raúl de los Serrano que lleve incorporada, como para que le financien la próxima. A no ser que cambie el chip completamente.

De todas formas, eso, se deja ver si te gustan este tipo de películas para pasar el rato, evadirte, no pensar, y que encima te hagan gracia. Si no es así, date mejor una vuelta por un parque.