¿Qué importa si es o no es del todo fiel a su predecesora? Al fin y al cabo, es una película que te tiene pegado a la pantalla a lo largo de todo el metraje, con momentos memorables y el mejor Scorsese al timón de una dirección y un montaje que junto con la banda sonora de lujo (Elmer Bernstein, nada menos) hacen un conjunto desasosegante. El plantel actoral es también fantástico, con un estupendo (y en buena forma) Robert De Niro cuando aún se consideraba a sí mismo actor. Un clásico de los 90.