La serie de sólo 6 capítulos por temporada tiene una buena producción en cuanto a la escenografía, vestuario, iluminación y plantel actoral.
También cuenta con una historia de base más que atrayente: 6 personas muertas con diferencia de décadas resucitan al mismo tiempo en el mismo emergiendo de la tierra en un cementerio de una ciudad ficticia de Australia.
No se trata de una serie de zombies, ni nada por el estilo, sino que se trata de un relato que intenta combinar los dramas con el suspenso aunque por culpa de un guión que deja infinidad de cabos sueltos y tensa hasta el límite de lo imposible algunas situaciones el relato audiovisual se vuelve por lo menos exasperante.
El ritmo lento, dilata acontecimientos y cansa hasta el hastío al espectador mientras que las intrigas parece que no se terminan de develar nunca.
Tampoco el guión no explica los porqués de las situaciones, los motivos que llevan a actuar a los resucitados y a las personas que interactúan con ellos casi con una naturalidad tal, similar a la que se tiene al reencontrarse con viejos conocidos, cosa que es por demás inverosímil.

Buena historia de base pero echada a perder por un guión poco inteligente. .