Introducción, nudo y desenlace, esas tres partes que siempre nos han enseñado que deben componer cualquier historia, ya sea una película, un libro, un videojuego, una serie, un cuento o un cotilleo que contemos a alguno de nuestros amigos. Nolan en cambio se perdió esa clase cuando la dieron en su escuela, y bendita pérdida. Tan solo alguien le dijo después de la existencia de esas tres partes, pero no le especificó el orden en que debían ocurrir.

Son dos los grandes retos de Nolan en esta película, y de ambos sale más que victorioso. Para empezar, debe existir una justificación para contar una historia al revés sin que parezca que simplemente es una excintricidad. Imaginémos Memento como una película normal, contada con la línea temporal que vivimos. Tendríamos una película interesante, con final amargo y un pequeño compadecimiento por Leonard, algo que poco tendría que ver con la sensación de ver la película tal y como la visualizó Nolan. Gracias al ingenio del director conseguimos sentirnos con pérdidas de memoria a corto plazo, mezclamos cosas y nos cuesta seguir el hilo argumental como si fuéramos los protagonistas de la película. El contarla al revés no es ninguna excentricidad ni ganas de llamar la atención, es tan solo que la película lo necesita y no hay otra manera de contarlo.

El otro gran reto de Nolan es sin duda conseguir entretener y sorprender con una historia que empieza contándote su final. No basta simplemente con cubrir la necesidad de saber cómo se ha llegado a esa situación, hay que hacerlo de tal forma que la introducción de la historia para nosotros suponga un verdadero clímax. Nolan lo hace todo muy sabiamente, demostrando una maestría como pocos directores tienen después de hacer 500 películas.

Estoy convencido de que no soy al único al que se le ha pasado por la cabeza ver la película al revés para comprobar lo bien atado que lo tenía Nolan, y estoy convencido de que tampoco soy el único que volvió al principio nada más empezar para ver el final de la historia. Podría hablar de otros aspectos más técnicos, de lo adecuado que está Guy Pearce y de lo poco que me gusta Carrie-Anne Moss, pero realmente esta genialidad es obra exclusivamente de Nolan. Es una película tan interesante que todos deberíamos llenar nuestra casa de notas para que nunca se nos olvide.