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Voto de davilochi:
9
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Thriller. Intriga
Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad de Berlín. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de escribir una crítica histórico-interpretativa en torno a esta genial obra maestra del maestro Fritz Lang. A lo largo de mi exposición es posible que de ciertos datos sobre el argumento, de modo que tengan cuidado aquellos que no quieran ver la trama descubierta.
Para empezar me gustaría destacar que el director alemán quiso empezar su film con alguna escena de guerra que destacara el origen del trastorno mental del protagonista, pero como el mismo destacaría renunció a ello por miedo a sacralizar y redimir al protagonista a ojos de la sociedad. Como siempre en sus trabajos Fritz Lang trata de transmitir algo con su cine, algo que muchas veces va más allá del propio contenido de la película y lo cierto es que nadie podrá entender este film sin una cierta base.
Ésta se inscribiría en el clima socio-político posterior a la Primera Guerra Mundial y a sus consecuencias visibles sobre el conjunto de la sociedad: la extensión de la histeria y la angustia producidas por un miedo a la muerte violenta. El protagonista es un joven asesino que se asemeja al enemigo, siempre presente, próximo y amenazante, pero a la vez invisible a nuestros ojos. Este miedo permanente tiene un carácter explosivo, ya que puede ser manipulado. De hecho así ocurrirá, cuando las masas apelen a los criminales de los bajos fondos (identificados con los nacionalsocialistas por sus vestimentas y cuyo líder tendrá un registro de voz muy similar al de Goebbels, el encargado de convertir el miedo de los alemanes en odio hacia el enemigo judío y comunista) para capturar a ese asesino. En cualquier caso es curioso constatar que las masas de padres atemorizados apelan a los criminales en lugar de apelar a las fuerzas de seguridad del Estado, lo cual refleja la gran dispersión de los medios de coerción en la Alemania de Weimar y la aparición de milicias en todos los partidos políticos (identificadas pues con los criminales). La gente se apoya más en el Partido que en el Estado, completamente deslegitimado.
Una vez identificado el enemigo las masas se movilizan para atraparlo y acabar con éste, lo cual estaría en relación con las grandes movilizaciones llevadas a cabo por el Partido Nacionalsocialista para exaltar el fervor patrio y el odio contra los enemigos de Alemania o las propias movilizaciones generales de una guerra total. Las masas buscan la protección que les da su unidad para enfrentar la angustia y el miedo surgidos de la guerra. Sin embargo el asesino es también un producto de los traumas bélicos.
Para empezar me gustaría destacar que el director alemán quiso empezar su film con alguna escena de guerra que destacara el origen del trastorno mental del protagonista, pero como el mismo destacaría renunció a ello por miedo a sacralizar y redimir al protagonista a ojos de la sociedad. Como siempre en sus trabajos Fritz Lang trata de transmitir algo con su cine, algo que muchas veces va más allá del propio contenido de la película y lo cierto es que nadie podrá entender este film sin una cierta base.
Ésta se inscribiría en el clima socio-político posterior a la Primera Guerra Mundial y a sus consecuencias visibles sobre el conjunto de la sociedad: la extensión de la histeria y la angustia producidas por un miedo a la muerte violenta. El protagonista es un joven asesino que se asemeja al enemigo, siempre presente, próximo y amenazante, pero a la vez invisible a nuestros ojos. Este miedo permanente tiene un carácter explosivo, ya que puede ser manipulado. De hecho así ocurrirá, cuando las masas apelen a los criminales de los bajos fondos (identificados con los nacionalsocialistas por sus vestimentas y cuyo líder tendrá un registro de voz muy similar al de Goebbels, el encargado de convertir el miedo de los alemanes en odio hacia el enemigo judío y comunista) para capturar a ese asesino. En cualquier caso es curioso constatar que las masas de padres atemorizados apelan a los criminales en lugar de apelar a las fuerzas de seguridad del Estado, lo cual refleja la gran dispersión de los medios de coerción en la Alemania de Weimar y la aparición de milicias en todos los partidos políticos (identificadas pues con los criminales). La gente se apoya más en el Partido que en el Estado, completamente deslegitimado.
Una vez identificado el enemigo las masas se movilizan para atraparlo y acabar con éste, lo cual estaría en relación con las grandes movilizaciones llevadas a cabo por el Partido Nacionalsocialista para exaltar el fervor patrio y el odio contra los enemigos de Alemania o las propias movilizaciones generales de una guerra total. Las masas buscan la protección que les da su unidad para enfrentar la angustia y el miedo surgidos de la guerra. Sin embargo el asesino es también un producto de los traumas bélicos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es interesante constatar en una escena de la primera parte de la película el cartel de la película "Westfront 1918" de Pabst, una película que mostró un año antes la disolución de las barreras que separaban a los civiles de los conflictos. De este modo vemos porqué la histeria generada en los soldados durante su experiencia bélica se ha extendido al conjunto de la sociedad: ésta vive la guerra total en toda su plenitud, una guerra en la que lo único que importa es acabar con el enemigo (como bien evidencia la búsqueda frenética del asesino).
Al final del film Lang juega con el espectador al presentar al protagonista como víctima de sí mismo (en realidad víctima del mundo que le ha tocado vivir), cuando en un episodio de lucidez toma consciencia de su impulso homicida incontrolable. Ya no se confía en la justicia del Estado, sólo se confía en la justicia del pueblo (representada por la idea que de ésta tiene el Partido Nacionalsocialista). "Fury", también de Lang, enlazaría a la perfección con esta película, como bien destacaría el propio director: "cada uno de nosotros puede convertirse en un asesino y cada uno de nosotros puede ser asesinado".
Al final del film Lang juega con el espectador al presentar al protagonista como víctima de sí mismo (en realidad víctima del mundo que le ha tocado vivir), cuando en un episodio de lucidez toma consciencia de su impulso homicida incontrolable. Ya no se confía en la justicia del Estado, sólo se confía en la justicia del pueblo (representada por la idea que de ésta tiene el Partido Nacionalsocialista). "Fury", también de Lang, enlazaría a la perfección con esta película, como bien destacaría el propio director: "cada uno de nosotros puede convertirse en un asesino y cada uno de nosotros puede ser asesinado".