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Voto de davilochi:
10
Drama Durante un hermoso verano, un escritor, siempre demasiado ocupado y de temperamento frío y distante, va a pasar unos días con sus hijos, un adolescente y una joven con problemas mentales, que está casada con un médico que la cuida con gran ternura. Su estancia en la isla donde viven sus hijos desencadena una crisis que los afecta a todos, pero especialmente a él, porque toma conciencia de su incapacidad para darle a su familia lo que espera de él. (FILMAFFINITY) [+]
29 de enero de 2012
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen amigo cinéfilo comentaba que volver de cuando en cuando a Bergman ayuda a refrescar el alma, las sensaciones que provoca enfrentarse a esta fantástica y desconcertante película son buena muestra de ello.

En esta ocasión, entre otras muchas cosas el director sueco se enfrenta a su propia función en el mundo como artista y su juicio es implacable con el gremio, así, esta figura fundamental para toda sociedad que se precie aparecería como un ente que se alimentaría de las miserias de la realidad, como si de un ave carroñera se tratara. Para Bergman el artista vive otras vidas, se nutre de ellas, de forma que no sólo es un usurpador, sino que en el mismo proceso creativo convierte la realidad en una suerte de naturaleza muerta. Este juicio no deja de ser sorprendente en un director cuyas películas transpiran tantas emociones -vida, al fin y al cabo-, pero desde mi punto de vista el sueco tiene necesidad de purgar su propio trabajo, de desnudarlo y ponerlo en evidencia. Me da la impresión de que ésta es una lectura poco explorada, pero cuenta con muchas posibilidades, más en un individuo con la sensibilidad de Bergman. Al fin y al cabo, él sabía que el cine era un medio más para la transmisión de ideas y llevar a cabo una cierta aproximación a la realidad, pero no hay duda de que él está poniendo sobre el tapete la reflexión en torno a la naturaleza artificial del discurso cinematográfico, lo cual no le resta valor, sino que eleva la obra a un nivel superior. En este sentido, el personaje interpretado por Gunnar Björnstrand, David, sería un "alter ego" del propio Bergman, al fin y al cabo un estereotipo del artista. Lo que el director sueco pretende reflejar es la miseria del artista, que pretende penetrar, despedazar, recomponer y plasmar la realidad (como ese Dios que Karin, la bella Harriet Andersson, dice haber contemplado al final de la película) y en ocasiones se encuentra completamente al margen de aquella que le corresponde por sus propias circunstancias vitales (es evidente en el alejamiento respecto a sus hijos o la molestia que para él representaba su esposa enferma).

El sueco es consciente hasta extremos dolorosos del acto de piratería que representa la creación humana con pretensiones artísticas y hasta qué punto el hombre puede llegar a ser despiadado debido a su ambición.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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