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España España · Shangri-La
Voto de Echanove:
7
Comedia. Musical Dos maridos que sospechan de sus mujeres contratan los servicios de una agencia de detectives de Nueva York para que las sigan. El detective John Russo, un mujeriego, se encarga de vigilar a Angela Niotes, la bella y elegante mujer de un rico comerciante. Por su parte, Charles y Arthur seguirán los pasos de Dolores Martin. Los casos se complican cuando John se enamora de Angela y Charles de Dolores. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice, se comenta y a veces incluso se rumorea que hubo un tiempo, previo a la aparición del SIDA, de sana liberación sexual cuyo espíritu fue más de una vez reflejado por el cine. Y es ahí donde hay que inscribir esta comedia de Bogdanovich, tan elegante como ligera y algo libertina.

Lastrada por el asesinato por parte de su enajenado esposo de una de sus intérpretes, la 'playmate' Dorothy Stratten, poco después de acabar el rodaje, la peli fue mal estrenada en salas en Estados Unidos y cosechó pobres críticas, aunque parece que luego se ha ido reivindicando cada vez más, e incluso a uno le da la impresión de que puede haber sido influyente en otros cines y ciertas comedias de enredo que abordan con esta misma liberalidad, naturalidad y gracia las relaciones de pareja.

Y me vienen a la cabeza al respecto algunas comedias corales de enredo del cine español de los 80, como las de Trueba o Colomo, aunque también es cierto que en ellas el enredo suele proceder de la infidelidad y el engaño, mientras que lo que aquí hay es una especie de canto a eso que antes se llamaba "amor libre".

No obstante por lo que sorprende y fascina este filme, sobre todo, en su primera mitad -Quentin Tarantino lo calificó como "obra maestra"-, es por sus aspectos formales, por la fluidez con la que todo pasa, y por la elegancia, insisto, de la puesta en escena: La suavidad de la planificación, de los movimientos de cámara y del montaje, el dinamismo de algunas escenas corales que si no se rodaron mediante un plano secuencia, merecerían haberlo sido, como la primera visión que se nos ofrece de la imposible oficina en que tiene asiento la agencia de detectives. Y por el interés que, sobre todo al principio, cuando aún no sabemos muy bien qué nos están contando, pese a ello nos suscita, gracias a esa fluidez y elegancia, cómo nos lo cuentan.

Si bien también es cierto que tras ese primer y deslumbrante impacto -la presentación del personaje de Christie (Coleen Camp), una especie de gemela neoyorquina de Marta Fernández Muro, cantando country, sería otro hito- y una vez que ya vamos sabiendo de qué va, la cinta va perdiendo capacidad de sorpresa a partir de la aparición del personaje de Audrey Hepburn. Y aparte de la poca verosimilitud de casi todo, las situaciones se hacen algo repetitivas y pareciera que la película se estira como un chicle innecesariamente. Al parecer, según he leído, no se pudo rodar todo lo que había en el guión, pero en vez de acortar el metraje se mantuvo con la misma duración, lo que explicaría ese estiramiento de relleno algo anodino.

La trágica muerte de Stratton, con la que Bogdanovich estaba entonces liadete y enamorado. le causó una honda depresión de varios años, aparte de causar problemas económicos y de distribución a la cinta, ya que nadie quería estrenarla. Otro dato curioso del rodaje fue la tensión que había entre la Hepburn y Ben Gazzara, que habían tenido una relación sentimental hasta poco antes. Es algo que se refleja en la pareja que componen en pantalla. También, aunque a un nivel más anecdótico, que el hijo de la Hepburn y Mel Ferrer, Sean Ferrer, encarne a uno de los secundarios. O que las dos niñas hijas de Ben Gazzara en la ficción, fuesen dos hijas de Bogdanovich en la vida real.

Los siete u ocho actores principales del elenco están todos en general muy bien para lo que se les pide, empezando por un Gazzara que es quien dota de más personalidad al filme.
Echanove
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