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España España · Valencia
Voto de Hemispheres:
8
Comedia. Romance Los Ángeles, años 30. En la meca del cine, el joven recién llegado Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), sobrino de un poderoso agente y productor de Hollywood (Steve Carrell), se enamora de Vonnie (Kristen Stewart), la guapa secretaria de su tío Phil. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando del vetusto Woody Allen únicamente esperaba pequeñas comedias amables, y algún que otro destello de película interesante, con su "Café Society" sólo puedo decir que el alquimista neoyorquino del celuloide, cual Ave Fénix, renace de sus cenizas, engendrando un auténtico prodigio fílmico. Posiblemente por encima de "Match Point" que fue, para un servidor, su mejor película de sus últimos 15 años.
"Café Society" se centra ante todo y sobretodo en una de las temáticas más comunes dentro de la filmografía alleniana: el amor de pareja y sus múltiples cavidades y orificios... En este caso, sobre si hacemos las elecciones adecuadas cuando encontramos a la presunta persona amada, o presuntas, y digo presunta, o presuntas, porque en multitud de ocasiones no sabemos lo que queremos, y por ende, si no sabe lo que se quiere difícilmente se puede saber quién se es, tal y como venía a decirnos mi querido Don Quijote. De tal manera, en esta paradoja cuasi hamletiana, nos preguntamos si tenemos las suficientes agallas para tomar una determinación de por quién hemos de arriesgarnos y por qué, siendo ello, un auténtico viacrucis, pues surgen múltiples diatribas y dicotomías que atormentan nuestra mente y alma... ¿somos los seres humanos eternamente insatisfechos en cuanto a pasiones amorosas?, ¿por qué queremos a alguien y, a pesar de ello, nos vamos con el otro u otra? ¿por qué...? llegando al punto de arrepentirnos de lo que hicimos o, tal vez, de lo que no hicimos, de si fuimos cobardes y en nuestra elección optamos por lo sencillo, por lo fácil, o de si no fuimos lo suficientemente valientes para luchar por aquel amor por el que todavía soñamos... y que no deja de aparecer en nuestros mundos oníricos, esa realidad no encorsetada, sin fronteras y ataduras que son alimentadas por el arrebatador poder de la evocación del recuerdo y de ese tan manido axioma cinematográfico de "Siempre nos quedará París"... y es que ya lo decía el bueno de Jorge Manrique: "como después de acordado cualquiera tiempo pasado fue mejor"...
Hemispheres
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